sábado, 9 de mayo de 2015

Juntos, pase lo que pase

¿Alguna vez has sentido que mantener una promesa es mucho más grande que tú?
Nosotros hemos pasado una odisea para poder estar el uno junto al otro ahora, y cada vez se siente más pesado, pero saben cada minuto de felicidad pura vale todos los problemas afrontados. Es tan común hablar de amor, de crisis, de situaciones tan clichés, pero cada persona lo siente y lo vive de una manera muy propia. Yo siento amor, estoy orgullosa de darme que cuenta que estoy realmente enamorada, y soy joven y no creo en lo eterno, ni en el 'por siempre' así como tampoco en el nunca más, pero con él he aprendido a vivir el momento, me siento cómoda a su lado, puedo ser yo, en todo mi esplendor y torpeza, me hace sentir infantil y eso que mi alma es vieja, él no deja de ser un idiota, creeme, si tiene neumáticos o testículos, te dará problemas.
Y lo amo, así con su ternura y su terquedad, lo amo cuando se enfada, me ignora y cree que así solucionaremos nuestras riñas, me deja sola por buscar su paz y que las discusiones no empeoren, le digo que es peor así pero sigue sumido en sus pensamientos, es un príncipe de roca, el rey del hielo, es mi opuesto, pero es mi vida. La única excepción, es quién sé que toda la vida querré. Mi dulce dolor de cabeza.
En estos días, andamos reflexionando sobre la sombra que nos persigue, yo insisto ¿por qué simplemente no desecharla? ¿por qué es necesario sacrificar nuestras alegrías por quién no lo merece? Y no me entiende, y no nos ponemos de acuerdo. Tengo miedo de dar el último suspiro de paciencia, temo perder nuestro pedacito de cielo.
Aunque una parte de mí, nos conoce tan bien que está segura que sólo se necesita amor, confianza y retomaremos la solidez.